METABOLISMO
El conjunto de las reacciones químicas que tienen lugar en el seno de los tejidos constituye el llamado metabolismo y comprende procesos de naturaleza muy variada dirigidos a cumplir los siguientes fines:
1) Obtener energía y poder reductor a partir de los alimentos.
2) Degradar los compuestos ingresados en productos más simples, utilizables como precursores para la síntesis de moléculas constituyentes de tejidos y órganos (proteínas, ácidos nucleicos, polisacáridos, lípidos complejos) y otras sustancias necesarias para su funcionamiento.
Generalmente, las transformaciones metabólicas, se realizan a través de series de reacciones catalizadas por enzimas, ordenadas en una secuencia definida. Cada una de esas series de reacciones, las rutas metabólicas, convierte un compuesto precursor o inicial en un determinado producto final.
Algunas rutas metabólicas son lineales, y algunas son ramificadas, generando múltiples productos terminales útiles a partir de un precursor único o convirtiendo varios materiales iniciales en un producto único. Otras son cíclicas, donde un componente inicial de la ruta es regenerado por una serie de reacciones que convierten otros componentes iniciales en ese producto.
Las moléculas reaccionantes, intermediarios y productos, se denominan metabolitos o, también intermediarios metabólicos.
Se distinguen dos rutas:
Catabolismo: es la fase de degradación por el cual se degradan moléculas, como carbohidratos, proteínas y grasas, en moléculas más simples como piruvato, etanol y dióxido de carbono. Los procesos en las reacciones catabólicas se caracterizan por oxidación, liberación de energía libre y reacciones de convergencia.
Anabolismo: es la síntesis de grandes moléculas complejas a partir de otras precursoras más pequeñas. Esta ruta se caracteriza por reacciones de reducción, requerimiento de entrada de energía y divergencia de las vías de reacción.
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